lunes, 17 de junio de 2013

Iniesta dirige el camino del triunfo en Brasil

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Andrés Iniesta bordó el fútbol en el arranque de España en la Copa de las Confederaciones, que derrotó a Uruguay con una hora de exhibición futbolística y goles de Pedro y Soldado, en lo que era un recital de la campeona del mundo que acabó con final tenso por un golazo de falta de Luis Suárez (2-1).

España brilló en el arranque de un nuevo sueño. El reto de conseguir el único título que falta a la mejor generación de futbolistas de su historia no pudo comenzar mejor. Exhibió su estilo de juego, especialmente en una primera parte para enmarcar. Dueña del balón, dando un recital de toque y desmarque, asfixiando a Uruguay hasta provocar su pérdida de identidad.

 El fútbol que asombra al mundo transformó los silbidos iniciales del Arena Pernambuco en sonidos de admiración. Comenzaron por Iniesta, que ofreció una de esas clases magistrales sobre el césped. Lección a cada balón que tocó. Con un socio como Cesc que hizo todo bien. Aparecía por cualquier espacio para inventar y fabricar acciones de peligro. España era un vendaval que pasó sobre Uruguay.

Era mirado con lupa Iker Casillas y el que era el examen más duro antes de semifinales, acabó siendo un partido tranquilo para el capitán. Del Bosque apostó por un jugador que llevaba cinco meses sin jugar un partido oficial. Con Víctor Valdés con suficientes méritos a sus espaldas para ser titular, tiró más la experiencia y el rol de Iker. Hasta los 29 minutos no intervino. A una pelota peinada abajo por Cavani. Fue el único remate de Uruguay hasta el gol de falta de Luis Suárez cuando el partido se cerraba.

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